AP - 4/23/2010Barcelona.- Una amplia gama de figuras y dignatarios internacionales rindieron tributo ayer jueves al ex presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, en el funeral del hombre que cambió el rostro de las olimpiadas.
El tenista Rafael Nadal fue uno de los que cargó el féretro de Samaranch, cubierto por la bandera olímpica, desde la sede del gobierno de Cataluña hasta la catedral de Barcelona, donde unas 300 personas acudieron al servicio fúnebre del español de 89 años, que murió el miércoles por problemas cardíacos.
Durante sus 21 años al mando, Samaranch transformó al COI de un organismo que estaba casi en la bancarrota y convirtió a los Juegos Olímpicos en una industria lucrativa que ciudades de todo el mundo luchan por organizar.
Antes del funeral, el presidente del COI Jacques Rogge dijo en una ceremonia privada que Samaranch convirtió a las olimpiadas “en el principal evento deportivo del mundo”.
“Hemos venido de los cuatro rincones del mundo a decir adiós a un viejo amigo y a un gran hombre”, expresó Rogge. “Juan Antonio Samaranch fue el presidente (del COI) más influyente después de nuestro fundador Pierre de Coubertin”.
Ante la mirada de los familiares de Samaranch y cerca de un centenar de personas, Rogge elogió a un “hombre generoso y compasivo”.
“Detrás de un gran hombre hay una gran personalidad. Era un hombre de pocas palabras, pero cada una de sus palabras resonaba y siempre tenían un gran significado”, indicó el sucesor de Samaranch en el liderato del COI. “Dejó un gran legado. Y prometo a nombre del Comité Olímpico Internacional que preservaremos y perpetuaremos su legado y su herencia”.
El rey español Juan Carlos y la reina sofía, y el príncipe Alberto de Mónaco estaban entre los jefes de Estado que acudieron a la Catedral, mientras que Fidel y Raúl Castro enviaron una de las numerosas coronas de flores. El príncipe Felipe de España dijo que Samaranch fue una “figura colosal” en el deporte español, y una figura “universal” en el deporte mundial.
Manuel Rodríguez fue el primer miembro del público que pudo acercarse al féretro de Samaranch.
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